Publicar fotos terribles es nuestro deber

Reproduzco aquí el artículo de Iñaki Gil sobre la tragedia de Barcelona con el que estoy totalmente de acuerdo y porque además es conciso, sin accesorios. Resumir mejor este eterno debate es casi imposible. Pasen y lean…

Ésto es una columna de opinión. Y voy a dar la mía. Es lícito publicar fotos terribles de un atentado. Se puede y hasta se debe. Está en el Adn y en la deontología del periodismo. Periodismo es, básicamente, contar lo que pasa. Una fotografía de prensa es un material informativo, no estético. Por ejemplo, la que publicamos ayer en portada. Todo el horror, en una imagen: los cuerpos tendidos sobre las baldosas de Las Ramblas, los policías empuñando sus armas. Era terrible, sí. Pero es que lo que pasó fue terrible: un asesino segó 13 vidas.

Algunas acciones humanas son sangrientas, despiadadas, desagradables. El terrorismo, la guerra. ¿Por qué hay que sustraer al lector esa visión? ¿En nombre de qué principios? ¿Quién es el árbitro de lo admisible y del mal gusto? Yo defiendo que más allá de lo establecido por el Código Penal y de la contención para no añadir sufrimiento a las víctimas, no debe de haber límites. Eso sí, cada uno es libre de opinar sobre el trabajo y los criterios de los demás. Los medios, faltaría más, también podemos y debemos estar sujetos a escrutinio público. Si he entendido bien, nos reprochaban afán de lucro o notoriedad. Peor aún, falta de respeto a las víctimas.

Según este sarpullido de escrúpulos, los soldados que liberaron el campo de exterminio de Buchenwald, donde fueron asesinados 56.000 personas, no deberían haber difundido las escalofriantes imágenes. Y, menos, obligar a los vecinos de la cercana Weimar a contemplar las pilas de cadáveres. Menos mal que no había Twitter y se pudo dar testimonio de la barbarie. Según la moralina del momento, una de las fotos emblemáticas de la Guerra de Vietnam nunca debió publicarse. Pero Nick Ut documentó todo el dolor en aquella niña del napalm que huye gritando por la carretera. Facebook la habría censurado, es una menor y está desnuda. Por cierto, el reportero la llevó a un hospital donde sólo aceptaron atenderla cuando mostró su acreditación de prensa. Le salvó la vida y siguen siendo amigos 45 años después.

Nos acusan de exhibicionismo pero yo sostengo que la difusión en ‘Elmundo.es’ del vídeo que muestra cómo fue abatido el quinto terrorista de Cambrils es relevante. Y por lo tanto, periodísticamente pertinente. Para que cada cual forme su opinión.

Y los gatitos, a su rincón.

Foto: © David Armengou

 

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